How it ends

(acá termina todo)

Acá termina, y acá empieza. Acá es el fin de los finales, acá ya no se piensa ni se teje ni se lee.
Acá se escucha Devotchka con sal corriendo por las mejillas.
y una parte de mi estalla en una supernova de diez mil soles, mientras la otra huye su enrojecido rostro calle abajo.
Calle abajo caminando por el pasto de forestal, pisando vidrio con los ojos huidos hacia la nuca, con las manos entrelazadas con el aire
Con las piernas colgando en un juego de metros y metros, heladoderosaydulcedeleche en la mano, ganas de dormir una siesta acurrucada, en una cama de mimbre muchos años atrás.
Acá llegan las frases de los amigos buena onda cuando uno está levemente embriagado: El "Voh dale" sonaba plausible anoche, pero ahora... ahora es un castillo de viento, tan irreal como soñar con tu silueta cada noche,  tan irreal como los miles de caracteres que invierto en algo irreal.
Tan irreal como me parecen las noches anteriores.
Tengo ganas de acurrucamiento, pero lo único que tengo son huidas.

Por un segundo, pensé que todas esas cosas iban a cambiar un poco, que podía haber una mañana se sol en la que Wonderwall sonase un poco menos críptico. Una tarde en que las calles de Santiago se llenasen de nuestro Gíglico en rojo sostenido, coreado por un bosque de puños con flores en alto.
¿Que estúpida ingenuidad, no?

Y en realidad esto no es tanto por tí, ni por nada ni por todo.
Es por el desenfoque que dan mis ojos cuando las pesadillas pueblan demasiado seguido mi inconsistente.

Todo calza, pollo, todo calza.

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biáidh

Un poema es una cosa que será.
Un poema es una cosa que nunca es, pero que debiera ser.
Un poema es una cosa que nunca ha sido, que nunca podrá ser.
Huye del sublime externo, si no quieres morir aplastado por el viento.

(Vicente Huidobro, Altazor)