El Quémese después de Leerse

Si esta es la primera vez que visita este gran desorden llamado blog; haría bien en leer estas sencillas instrucciones.

Quémese después de leerse:

Si lo que a usted lo mueve es la curiosidad simple por un buen escrito simplecillo,  le aconsejo que busque en  Experimentia. Allí hay pequeños experimentos culinarios-literarios para desenchufar la mente y prender la imaginación.
Ahora bien; si a usted lo mueve la curiosidad y quiere conocer a este humilde servidor, le ruego que pase sin tardanza por aquella pequeña inscripción que habla Ludens. Acá muy probablemente no encuentre poesía, pero leyendo entre líneas muy probablemente me encuentre a mí jugueteando por entre las ramas.
Tenga mucho cuidado con las etiquetas denominadas Panegiria. En éstas usted puede encontrar más poesía que en la mayoría de los escritos, sin embargo la actitud y la cantidad de letras invertidas es historiográficamente abrumante. Despues de leer ésta, si aún quiere proseguir, tóme un té y llénese de valor.
Si usted insiste en la lectura de este rincón, le sugiero que intente seguir con la denominada Faber. Ahí puede encontrar sol, risas, lecturas encerradas y noches enteras de conversación. Ahí puede encontrar pasado presente y futuro, llevado de la mano por una simpática niñita de melena castaña.
Proseguido por eso, puede seguir con Hualpén. Ahí, en final del camino, va a encontrar al destinatario de las cartas con una sola estampilla, tallando arcos y hablando con Sal-ah-Din, sumergido en su propia sonrisa crespa y con la luna de compañia. Con él puede conversar largamente.
Si usted.... sí, usted que lee aún esta muy interesado, concluya sus lecturas con Pelinegro. Allí seguro que nos encontramos. Aquí estan condensados (casi) todos mis amores. Sí... así de duro es.
Busque... si tiene suerte, quizás pueda encontrar algo.
Namarië, Namarië!

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biáidh

Un poema es una cosa que será.
Un poema es una cosa que nunca es, pero que debiera ser.
Un poema es una cosa que nunca ha sido, que nunca podrá ser.
Huye del sublime externo, si no quieres morir aplastado por el viento.

(Vicente Huidobro, Altazor)