Crónicas del patio

Una tarde normal en el patio; un llamado de mi hermano
"mira, un caracol nadando!"
Lo tomamos, y curioso, asomó sus cachitos al sol. Le pusimos el poco original nombre de Agustín.
Agustín es lindo, vive en la palmera al lado del sillón del patio. Y saca sus cachitos en las tardes, sentado en una camioneta de juguete. Es amigo de las tres lagartijas de las murallas, y de los cuatro gatos...
No, verdad que los gatos le tienen ganas al Agustín.
El Agus es shuer loco, te fijas? Le gusta escuchar a Yann, pero también corea con los Quila, es medio volátil, siempre que saca sus cachitos termina mareado.
Y el Agus corre rápido, lo vieran correr por la palmera! (claro, el problema es cuando la hoja/rama en cuestión se da vuelta)
El problema del Agustín son sus amigos. Apenas se asoma, aparecen la arañita que salta y el grillo Antenalarga. Grillito es grande, lo dejan salir de noche; la araña en cambio es aún muy pequeña... y desordenada!
A veces me pregunto si a los habitantes del patio les molesta mi presencia. (Me asusta que se asusten); y mientras mas los veo, mas me doy cuenta de lo insignificantes que somos, y lo ciegos que nos volvemos para algunas cosas. Con nuestros químicos hemos logrado grandes cosas, si; pero no miramos el mini universo que tenemos a nuestro alrededor. Cómo puede asquearte una creación tan bella y tan perfecta como los ojos de filigrana de Agustín, o las traviesas antenas color temblor de Antenalarga? Los miro, cada uno en lo suyo, y confieso que me enternezco. Aunque re pocos puedan entenderlo.
Me gustaría poder tomarlos y decirles que van a estar tranquilos en este patio, sin que venga alguna gran empresa a expropiar todo y venderlo a precio de huevo. No, nadie va a tocar este patio que es de mi abuela, ni a su fauna que puede parecer común, pero que si miras bien,  te sorprende con sus detalles.
A veces pienso que pasamos demasiado tiempo metidos en nuestras cosas de humanos, de gente alta que ve todo desde arriba. Nos creemos tan superiores, y sin embargo somos tan pobres! Comparo el correr de Agustín con el correr de la gente en el paseo Ahumada, o el mismo paseo frente a nuestra casa. Prefiero infinitamente el paseo a vuelta corta que dan los caracoles, o el correr de las hormigas. Hasta donde yo entiendo, Agus corre por que quiere estar al sol, o para que le llegue más viento. Y nosotros? Corremos por dinero, por acciones; por una vida muchas veces de mentira, por un consumo innecesario, por un "quiero tenerlo"... querer no es malo; pero correr desesperadamente por algo material, ¿Es tan racional? Agus no sé si filosofe mucho, pero si siente; siente de pura manera, ve con sus pequeños ojitos. Y vive en el patio, lo hace más bello con su simpleza caracolesca.

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biáidh

Un poema es una cosa que será.
Un poema es una cosa que nunca es, pero que debiera ser.
Un poema es una cosa que nunca ha sido, que nunca podrá ser.
Huye del sublime externo, si no quieres morir aplastado por el viento.

(Vicente Huidobro, Altazor)