Madrugada

No sé que fue lo que fue
no sé si fue la luna en la calle, las risas que caían por el piso de abajo
no sé si era la suavidad de tu piel junto a la mía
o la tibieza de nuestras manos juntas entre los cojines
no sé si fue escucharte tan cerca, no sé si era la manera en que tus ojos se derretían como miel
No sé si fue Across the Universe sonando despacito entre nosotros.
no sé si fueron esas palabras-disparo que mandaron a correr a medio planeta
Fue el segundo después, ese ¡¿QUÉ?! que me salió de la nada.
Fueron las palabras cayendo como agua tibia sobre nuestros cuellos
Fue ese espacio en que el espacio-tiempo pareció rasgarse con un arrullo de pájaro
Fue el frío y las risas, la duda y las manos dormidas; fue ese amontonamiento de gestos que desarmaron el aire
fue... fue sublime. Fue querer muchos espacios más como ese, fue pensar un infinidad de momentos como ese
Fue crear y poseer algo juntos, ejercer soberanía en esa peca que tienes en el borde de la boca.
Fue reirme de cada cara, así como tu te reías de mi cara.
Fue despertar entrelazada a tu cintura, admirando la perfección de cada hebra de cobre.
Fuiste tú. Fuimos nosotros.
(J' aime tes Genoux)

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biáidh

Un poema es una cosa que será.
Un poema es una cosa que nunca es, pero que debiera ser.
Un poema es una cosa que nunca ha sido, que nunca podrá ser.
Huye del sublime externo, si no quieres morir aplastado por el viento.

(Vicente Huidobro, Altazor)